Se calcula que 29,000 casos futuros de cáncer podrían estar relacionados con escáneres realizados en 2007
Por Karen Pallarito
Reportero de Healthday
LUNES, 14 de diciembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Dos estudios recientes aseguran que los escáneres por TC comúnmente realizados están exponiendo a los pacientes a mucha más radiación de la que se pensó anteriormente y en dosis que podrían causar decenas de miles de cánceres al año.
A partir de los hallazgos, sobre los que se informa en la edición del 14 al 28 de diciembre de Archives of Internal Medicine, los autores del estudio, junto con la Dra. Rita F. Redberg, editora de Archives, están haciendo un llamado a los médicos para que limiten la exposición de los pacientes a la radiación.
"La TC se ha hecho tan rápida que la estamos usando muy comúnmente y hemos reducido el umbral para comenzar a usarla, lo que significa que la usamos para pacientes que realmente tienen pocas probabilidades de tener alguna enfermedad subyacente", señaló la Dra. Rebecca Smith-Bindman, profesora residente del departamento de radiología de la Universidad de California en San Francisco y autora líder de uno de los estudios. Aunque es una "herramienta de diagnóstico fabulosa", asegura que considera que "la hemos reducido al punto en que no hay beneficio para algunos pacientes".
Redberg, que se especializa en imaginología cardiovascular por TC, instó a los médicos a evaluar cuidadosamente los beneficios de las tomografías computarizadas (TC) e informar a los pacientes sobre los riesgos conocidos de la radiación.
"A partir de esta información, los médicos (y sus pacientes) no pueden volverse complacientes con los peligros de la radiación o nos arriesgamos a crear una bomba de tiempo sanitaria", escribió.
En los EE. UU., la cantidad total de TC realizadas anualmente ha aumentado de tres millones en 1980 a cerca de setenta millones en 2007, según datos citados por el equipo de Smith-Bindman.
Las TC combinan tecnología de rayos X para producir imágenes longitudinales detalladas del organismo que puedan permitir a los médicos diagnosticar y tratar problemas médicos.
Sin embargo, debido a que las TC generalmente exponen a los pacientes a una dosis superior de radiación que las radiografías convencionales, el aumento dramático en el uso de esta tecnología se ha convertido en motivo de preocupación.
De hecho, la información nueva sugiere que este uso exagerado podría estarles haciendo más mal que bien.
El equipo de Smith-Bindman 'recolectó datos sobre 1,119 pacientes que recibieron 11 tipos comunes de TC realizadas en cuatro hospitales del área de San Francisco. Para cada tipo de TC, la dosis de radiación varió ampliamente dentro de cada hospital y entre varios de ellos. Hubo una variación de trece veces en promedio.
"Se había informado anteriormente sobre este tipo de rango en TC del corazón, pero reunirlo de esta manera para éste y otros tipos de TC es algo que no se había apreciado antes", señaló el Dr. Andrew J. Einstein, director de investigación en tomografía computarizada cardiaca del Colegio de médicos y cirujanos de la Universidad de Columbia en la Universidad de Nueva York.
Debido a que cada paciente es diferente, es necesario tener la capacidad de variar la dosis de radiación para lograr imágenes de suficiente calidad para el diagnóstico, explicó Einstein. Pero halló que las cantidades de variabilidad del estudio eran excesivas.
La dosis de radiación para un estudio multifase de abdomen y pelvis por TC vario de 6 a 90 millisieverts, y la dosis promedio fue de 31.
Noventa millisieverts, según cómo se cuenten, son equivalentes a "varios miles de radiografías de tórax", señaló Einstein. "Eso es como la radiación ambiental que usted y yo recibiríamos en un período de treinta años, simplemente una dosis tremendamente alta para un solo procedimiento".
El número de TC que conduciría a un caso de cáncer también varió según el tipo de escáner, la edad y el sexo del paciente. Por ejemplo, una de cada 270 mujeres y uno de cada 600 hombres que se someten a una angiografía coronaria por TC a los cuarenta desarrollarán cáncer por su causa. Los riesgos casi se duplicaron para los pacientes de veinte años que se sometieron a escáneres por TC. Para los de sesenta, los riesgos fueron 50 por ciento más bajos, anotaron los autores del estudio.
En un análisis separado, Amy Berrington de González, investigadora de la rama de epidemiología de radiación de la División de epidemiología y genética del cáncer del Instituto Nacional del Cáncer, proyectó que el riesgo futuro de cáncer por el uso actual de TC por edad, sexo y tipo de escáner.
En general, su equipo calculó que 29,000 casos futuros podrían relacionarse con escáneres realizados en 2007 y que esos casos causarían unas 14,500 muertes. Los mayores contribuyentes a esas cifras son los escáneres que se realizan con más frecuencia, como el de abdomen y el de pelvis, y los exámenes de tórax y cabeza.
Se calcula que las dos terceras partes de los cánceres proyectados tendrán lugar en las mujeres, sobre todo por la mayor frecuencia de uso en las mujeres (60 por ciento) y por más riesgos de cáncer de pulmón y mama por escáneres que exponen el tórax.
Aunque las cifras podrían asustar, Berrington de Gonzalez señaló que la gente podría darse cuenta de que "los escáneres por TC ofrecen beneficios médicos significativos y que, en general, los riesgos individuales son reducidos y deberían ser superados por los beneficios si el escáner por TC se justifica desde el punto de vista clínico".
Para asegurar el uso seguro, las recomendaciones de los autores se enfocan en reducir las dosis de radiación, lo que elimina exámenes innecesarios y repetitivos, y crean registros médicos electrónicos en los que se pueden hacer búsquedas para recolectar y dar seguimiento a estudios por TC con el tiempo.
"Aunque queda mucho trabajo por hacer, en este punto debería estar en la agenda de los programas de mejoramiento de la calidad en la radiología", señaló el Dr. Richard T. Griffer, jefe asociado de calidad y seguridad de la división de medicina de emergencia del Hospital Barnes-Jewish y profesor asistente de la facultad de medicina de la Universidad de Washington en San Luis.
Los médicos también necesitan más información sobre la exposición de los pacientes a la radiación con el tiempo, agregó. "Tenemos lo que puede ser un sistema de atención de la salud fraccionado y los médicos quizá no sepan a qué estudios se han sometido los pacientes en su propia institución, y menos en otras, durante su vida", aseguró. "Aunque el daño acumulado de un solo estudio podría ser imposible de establecer, tener idea de que hay exposición a la radiación acumulada sería valioso".
http://healthfinder.gov/
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