4/8/15

Veneno de alacrán contra el cáncer


Veneno de alacrán contra el cáncer

En el veneno de Centruroides tecomanus se han encontrado más de 100 proteínas entre las que existe un grupo con efecto tóxico contra las células de cáncer, que podría llegar a eliminarlas.

paginasiete.bo.-Pablo Gutman

El alacrán o escorpión es un animal fascinante y temido que algunas culturas como la china consumen como un manjar, es uno de los tatuajes más frecuentes y está presente en la astronomía y la astrología, dando nombre a una de las constelaciones del cielo y a uno de los signos zodiacales.

Ahora la ciencia ha descubierto que el veneno que inoculan algunas especies de este arácnido a sus víctimas, con su poderoso aguijón curvo, además de ser una de las armas más mortíferas de la naturaleza, puede convertirse en una herramienta sanadora de una de las dolencias más frecuentes en los seres humanos: el cáncer.

En el veneno del alacrán Centruroides tecomanus, que habita en grandes cantidades en el estado de Colima, al oeste de México,  es uno de los más venenosos y en él se han encontrado más de 100 proteínas, entre las cuales existe un grupo identificado que tiene un posible efecto tóxico contra las células del cáncer, según revela un estudio difundido por Investigación y Desarrollo ID (www.invdes.com.mx) y la Fundación AlphaGalileo (www.alphagalileo.org).

La investigación preliminar la efectúan especialistas de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Colima, UCOL, (www.ucol.mx), que han identificado unos péptidos (moléculas formadas por la unión de varios  aminoácidos o moléculas orgánicas) cuyo efecto destruye células de cáncer "in vitro”, es decir en tubos de ensayo.

"Cuando la toxina obtenida del veneno del alacrán invade unos componentes de las membranas de las células enfermas denominados canales iónicos, les produce un daño celular hasta causarles la muerte”, explica la doctora en Ciencias, Laura Leticia Valdez Velázquez, de la UCOL, titular de la investigación.

"Hemos identificado a un grupo muy selectivo de péptidos, lo que nos indica que éstos podrían unirse de manera específica a las células cancerígenas y llevarlas a la muerte”, indica la experta de la UCOL, universidad que ya cuenta con las secuencias genéticas de los componentes proteicos del veneno.


TÓXICO MORTÍFERO PARA SALVAR VIDAS

Los autores de este trabajo recolectaron alacranes, extrajeron su veneno y se lo inocularon a conejos, a los que habían inmunizado previamente contra este tóxico y, después, estudiaron su efecto en las células de estos cobayos con el doctor Lourival Possani, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, IBT-UNAM (www.ibt.unam.mx) .

El grupo de Possani trabaja desde hace más de 35 años en el estudio de los componentes del veneno de alacranes, debido a su importancia médica (un cuarto de millón de personas son picadas anualmente en México por estos arácnidos) e interés científico, para desvelar la perfeccionada bioquímica que han desarrollado durante sus millones de años su evolución, según el IBT-UNAM.

La investigadora de la UCOL indica que están trabajando para caracterizar cada componente de las toxinas de este arácnido, uno de los más venenosos del continente, con el fin de determinar el péptido de mayor efecto tóxico contra células de linfoma, un tumor que se origina de los ganglios linfáticos.

"Las toxinas del veneno entran en acción sobre los canales iónicos de la célula con cáncer y les producen daño. Nos interesa eliminar la célula de forma selectiva y hemos encontrado que estos péptidos tienen afinidad con este tipo de células, es decir, que podrían unirse de manera específica a las que son cancerígenas e inducirles la muerte”, señala la doctora Valdez.

Ésta es la primera vez que se utiliza el veneno de alacranes mexicanos con fines terapéuticos contra el cáncer, aunque la investigación se encuentra en una etapa básica y falta conocer cuál es el  más específico de los péptidos responsable del efecto mortal hacia las células malignas, según la experta de la UCOL.

"La idea es eliminar células cancerígenas; sin embargo, no ocurre lo mismo en todo tipo de cáncer, son toxinas muy específicas, ésa es otra tarea que tendremos que revisar, ver en qué tipo de cáncer tiene el efecto mortal deseado”, indica la doctora Laura Valdez.


OTROS VENENOS "SALUDABLES”

Por otra parte científicos de la iniciativa Venomics (www.venomics-project.eu) están recogiendo muestras de 120 especies animales venenosas de distintas zonas del mundo             -arácnidos, serpientes, anfibios y otros-, especialmente en la Guayana Francesa, muchas de ellas nunca caracterizadas, para analizar sus toxinas, con las que se podrá  desarrollar nuevos medicamentos, según el servicio de información científica SINC.

Cuando finalice este proyecto se espera obtener más 20.000 secuencias de material genético y proteico contenido en cientos de venenos, lo que constituirá la mayor base de datos sobre estas sustancias nocivas pero con potencial de utilizarse en tratamientos para el dolor, el cáncer, la diabetes, la artritis reumatoide y la psoriasis, entre otras dolencias, según Venomics.

"Venomics es una iniciativa europea compuesta por ocho socios privados y públicos que comenzó en 2011 y explora la capacidad de los venenos de insectos y animales, entre otros seres vivos, para generar fármacos innovadores a una escala que nunca antes se había producido”, según el doctor Nicolas Gilles, coordinador general del proyecto.

"En la naturaleza hay muchas claves que podrían abrir el santo grial de descubrimiento de fármacos del siglo XXI, y se espera que una de las claves para optimizar la salud humana en el futuro cercano se encuentre en el veneno de animales”, según Venomics.

De acuerdo con  los impulsores de este proyecto, las ponzoñas son una de las fuentes más prometedoras para crear nuevos compuestos farmacológicos debido a sus actividades funcionales, su baja capacidad de provocar reacciones inmunológicas y su estabilidad.

Este interés es aun más justificado si se tiene en cuenta que existen más de 170.000 especies venenosas y que sus toxinas comprenden una colección de más de 40 millones de compuestos, de los cuales sólo se conocen y han sido estudiados alrededor de 5.000, según Gilles. (EFE Reportajes)

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