Por Alan Mozes
Reportero de Healthday
LUNES 22 de enero (HealthDay News/HispaniCare) -- Un estudio irlandés reciente revela que cerca de la cuarta parte de las pacientes de cáncer de mama dejan de tomar tamoxifén durante el primer año de un régimen estandarizado de cinco años.
Los médicos recetan tamoxifén, que inhibe el efecto estimulante sobre el estrógeno de las células del cáncer, de manera rutinaria a las pacientes luego del tratamiento para el cáncer de mama para prevenir la reincidencia.
Sin embargo, un estudio reciente halló una reducción dramática en la adhesión de las pacientes al medicamento, cerca del doble de lo observado en estudios anteriores. Los investigadores añadieron que la no adhesión al tratamiento aumentó con el tiempo y varió según la edad del paciente.
De hecho, el estudio halló que más de la tercera parte de las pacientes dejaron de tomar el medicamento dentro de los tres años siguientes al inicio del tratamiento. Fue más probable que las mujeres más jóvenes, entre los 35 y los 44, y las mayores de 75, descontinuaran el uso del medicamento.
"Sabemos que hay una cantidad considerable de mujeres que dejan de tomar el tamoxifén de manera prematura", aseguró Thomas I. Barron, autor del estudio, del departamento de farmacología y terapéutica del Colegio Trinity de Dublín y del Hospital St. James de Irlanda. Eso es preocupante, aseguró, porque "las mujeres que descontinúan el tamoxifén prematuramente podrían no recibir los beneficios completos del tratamiento".
El grupo de Barron considera que la falta de adhesión tan "sorprendentemente alta" proviene del tiempo relativamente largo en que las mujeres toman el medicamento y sus efectos secundarios, con frecuencia problemáticos.
Los hallazgos aparecen publicados en la edición en línea del 22 de enero de Cancer y aparecerán en la edición impresa el 1 de marzo.
El tamoxifén, un "modulador selectivo de los receptores de estrógeno", generalmente se receta para un periodo de cinco años luego del diagnóstico de cáncer de mama, aunque en algunos casos se recomienda un régimen más prolongado. Los expertos aseguran que tomar el medicamento durante menos de cinco años puede reducir la efectividad del medicamento y que está asociado con una reincidencia más frecuente del cáncer y, en última instancia, con un mayor riesgo de muerte.
Barron y sus colegas anotan que cerca del 75 por ciento de las mujeres a las que se les ha diagnosticado cáncer de mama se les receta un agente hormonal, por ejemplo tamoxifén, como parte de su tratamiento general. La investigación sugiere que el tamoxifén evita más de 40,000 reincidencias de cáncer de mama por todo el mundo cada año.
Sin embargo, los efectos secundarios que imitan los síntomas de la menopausia prevalecen entre algunas, pero no en todas, las mujeres que toman el medicamento. Entre éstos se encuentran calores, flujo vaginal, menstruación irregular, dolores de cabeza, fatiga y náuseas, así como sarpullido y comezón vaginal.
Para medir la adhesión del paciente al tamoxifén recetado, Barron y su equipo revisaron registros de bases de datos de farmacias para examinar los hábitos de reposición de las recetas de más de 2,800 pacientes irlandesas de cáncer de mama mayores de 35, quienes se habían embarcado en un régimen en algún momento entre 2001 y 2004.
Los investigadores anotan que todos los pacientes recibieron servicios de salud gratuitos y medicina gratuita, por lo que el costo no fue un obstáculo para continuar el tratamiento. Ninguno de los pacientes tomó ninguna otra terapia hormonal junto con el tamoxifén.
Barron y sus colegas hallaron que más del 11 por ciento de las mujeres dejaron de tomar el medicamento dentro de los primeros 30 días de tratamiento, una cifra que aumentó a casi 15 por ciento para los 90 días.
El índice de abandono a un año fue de 22 por ciento y para el segundo año, más del 28 por ciento de las mujeres había dejado de tomar el medicamento. Para los tres años y medio, la cifra había aumentado a poco más de 35 por ciento.
Poco más de la cuarta parte de las mujeres cambió de tratamiento a otra terapia hormonal durante los seis meses iniciales de haber comenzado con el tamoxifén. Sin embargo, se definió a estas mujeres como "cambiadoras", en lugar de "desertoras".
En total, poco más del 31 por ciento de las pacientes continuó con el tamoxifén como se había recetado durante la duración del estudio.
Los investigadores anotaron que las pacientes que tomaron antidepresivos un año antes de empezar a tomar tamoxifén parecían más propensas a abandonar el régimen antes de que terminara el protocolo de cinco años. El hallazgo no fue sorprendente, dijeron, teniendo en cuenta que la depresión con frecuencia se ha relacionado con un mal comportamiento para tomar medicamentos.
Aunque no se ofreció ninguna razón para los altos índices de abandono, los autores consideran que, entre las de mayor edad, una reducción en el apoyo social y un aumento en el deterioro funcional podrían tener que ver. Los investigadores aseguraron que las pacientes más jóvenes quizá estén menos deseosas de soportar los efectos secundarios y de aceptar menos su diagnóstico general de cáncer de mama, comparadas con las mujeres más maduras.
Barron señaló que, debido a las exigencias y preferencias de las pacientes, la cantidad de medicamentos orales nuevos contra el cáncer está aumentando y los problemas de adhesión relacionados con el tamoxifén podrían aplicarse a un rango mucho más amplio de tratamientos contra el cáncer.
"La efectividad de estos tratamientos nuevos y poderosos, en comparación con las quimioterapias intravenosas tradicionales, depende en buena parte de la capacidad de las pacientes para adherirse a los tratamientos", advirtió.
Barron aseguró que las pacientes que estén contemplando la cesación de su régimen de tamoxifén por efectos secundarios desagradables deberían hablar con su médico primero.
"Existe la posibilidad de aliviar cualquier efecto secundario complicado que estén experimentando o, en algunos casos, podría existir un tratamiento hormonal alternativo", aseguró.
Robert Smith, director de evaluación del cáncer de
"Mi impresión es que la mayoría de las mujeres no están particularmente contentas con los efectos secundarios, aunque los experimentan a niveles distintos", comentó Smith. "Además, cinco años es un tiempo largo para tomar un medicamento. Por eso, para los médicos que mantienen el protocolo, asegurarse de que lo completen, se convierte tanto en un estándar de atención como recetar el tratamiento en primer lugar".
"Es aquí donde es necesario aplicar los poderes de persuasión", sugirió. "La mayoría de las personas confían mucho en sus médicos si hay buena comunicación. En esos casos, los consejos del médico podrían ser muy poderosos. Entonces, según los intervalos que haya entre consulta y consulta, uno esperaría que siempre hubiera una discusión acerca de cómo está yendo la terapia. Ya que ésta es justo la oportunidad para tratar realmente de que continúen con el tratamiento si existe algún problema".
Un segundo estudio publicado en la misma edición de Cancer reveló que para las pacientes de mayor edad de cáncer de mama en sus primeras etapas (las mayores de 65), la radioterapia, seguida de una lumpectomía y de un tratamiento con tamoxifén parece reducir dramáticamente tanto la reincidencia del cáncer como el desarrollo de tumores nuevos.
Bajo la dirección de Ann M. Geiger de
Según los investigadores, los hallazgos apoyan el uso de una combinación de los tres tratamientos como "terapia estándar" para las mujeres de todas las edades" con excepción de las que se enfrentan a una esperanza de vida extremadamente reducida.
Más información
Para conocer más sobre el tamoxifén, visite el U.S. National Cancer Institute.
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