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Los problemas emocionales pueden perdurar entre los supervivientes de cánceres pediátricosLos efectos del tratamiento son duraderos, señalan investigadores
Los supervivientes adultos de cánceres pediátricos pueden sufrir de problemas emocionales y de una calidad de vida reducida debido a los efectos a largo plazo de su tratamiento contra el cáncer, halla un estudio reciente.
Investigadores usaron datos del Estudio de supervivientes de cánceres pediátricos para evaluar los efectos de las cicatrices, la desfiguración y la pérdida persistente de pelo experimentados por más de 14,000 supervivientes adultos de cánceres pediátricos. Los supervivientes se compararon con hermanos que no habían sufrido de cáncer infantil.
Los supervivientes con pérdida persistente del pelo tenían un mayor riesgo de ansiedad; las supervivientes de sexo femenino con pérdida persistente del pelo tenían un mayor riesgo de síntomas de depresión; y los supervivientes con una desfiguración en la cabeza o el cuello, un brazo o una pierna tenían un mayor riesgo de depresión.
"Los resultados muestran que los tratamientos contra el cáncer pueden afectar la apariencia física de los supervivientes de cánceres pediátricos, así como su calidad de vida, mucho después de que cumplen los 18 años", aseguró en un comunicado de prensa de la Universidad de Northwestern la primera autora del estudio Karen Kinahan, enfermera de práctica avanzada de la universidad.
"Tengo pacientes que muestran asimetrías debido a la radioterapia, otros con cicatrices en la cara y el cuello por las biopsias y las cirugías, y algunos a quienes se ha amputado una extremidad", anotó.
"Los resultados de este estudio ayudan a ilustrar la compleja cadena de eventos que el cáncer pediátrico puede tener sobre la calidad de vida en la adultez", señaló en el comunicado de prensa el autor principal Kevin Krull, miembro asociado de los departamentos de epidemiología, control del cáncer y psicología del Hospital Pediátrico de Investigación St. Jude.
"Hace mucho que sabemos que la radioterapia se asocia con un mayor riesgo de distrés emocional y problemas sociales, aunque no comprendíamos del todo el proceso que conlleva. El estudio actual comienza a aclarar ese proceso", anotó Krull.
Kinahan añadió que se deben implementar esfuerzos para mejorar las habilidades de afrontamiento y el ajuste emocional para los pacientes en el mayor riesgo. "El próximo paso natural sería hacer esfuerzos por minimizar las alteraciones en la apariencia física de los pacientes de cánceres pediátricos durante el diagnóstico y el tratamiento", planteó.
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